La lujuria, ha sido definido como aquel pecado que incluye pensamientos o deseos obsesivos o excesivos de naturaleza sexual o en palabras de Dante, “el amor excesivo por los demás”.
La gula, ha sido interpretada como el consumo excesivo de comida y bebida aunque antiguamente se utilizaba para señalar toda clase de exceso.
La avaricia, ha sido considerada como un pecado muy similar a la lujuria o a la gula pero aplicada a la adquisición de riquezas en particular.
La pereza, ha sido catalogada como la “tristeza de ánimo” que nos aparta de las obligaciones espirituales o divinas.
La ira, ha sido descrita como un sentimiento no ordenado, ni controlado, de odio y enojo.
La envidia, se relaciona con la avaricia, sin embargo, la envidia desea algo que alguien más tiene, y que percibe que hace falta.
El orgullo, el deseo por ser más importante o atractivo que los demás, es considerado el mas grave de los pecados capitales y fuente de los mismos.
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